Asesoría fiscal Barcelona: Sección Noticias : "La costumbre de celebrar elecciones nos obligará a halagar a la clase más baja del pueblo como en América". Con esta cita, Emma Calatayud, la traductora al castellano de Le rouge et le noir, advierte a los lectores en una nota a pie de página que Stendhal desconfiaba de América. Por lo que se ve, también de la democracia, pero de eso hace dos siglos y la frase va adquiriendo carácter premonitorio.
Mientras una cincuentena de presuntos indignados se encadenaba ayer a las puertas del edificio de la Bolsa de Barcelona, los candidatos a las elecciones del 20 de noviembre entraban de lleno en la controversia entre ricos y pobres. Se ha apoderado de ellos el síndrome de Robin Hood. Que paguen los ricos es el nuevo mantra de la crisis. No es un fenómeno meramente interno y además está removiendo conciencias. Dos líderes mundiales, uno de derechas, el francés Nicolas Sarkozy, y otro presuntamente de izquierdas, el norteamericano Barack Obama, han decidido imponer nuevos tributos a las "grandes fortunas".
En España, de momento, el Gobierno sólo se ha atrevido con el impuesto de patrimonio, pero los candidatos prometen más. Por primera vez, lo de subir los impuestos –siempre que sea a los ricos, claro– se ha convertido en argumento para pedir el voto. Todo tiene explicación. Los sondeos del CIS registran repetidamente una rara unanimidad entre los votantes de la izquierda y de la derecha: los impuestos están mal repartidos. Lo ricos pagan poco y los pobres demasiado. Así lo cree el 77% de los votantes del PSOE y casi el 79% de los votantes del PP.
Ante esa realidad, el más interesado en plantear como estrategia electoral la confrontación entre ricos y pobres es, sin duda, el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. No se ha presentado como representante del partido de los descamisados como en su día hizo Alfonso Guerra emulando a Eva Perón, pero asumió la paternidad de la iniciativa de reinstaurar el impuesto de patrimonio, una iniciativa que ha sido rechazada por el resto de las fuerzas políticas e incluso por miembros del propio Gobierno socialista, pero ha prometido, además, nuevos impuestos para las grandes fortunas y los bancos. "No soy partidario de tocar el IRPF, pero otra cosa es tocar las rentas del capital", dijo ayer. En cuanto a la recuperación del impuesto de patrimonio, el candidato socialista insitió en que "ese impuesto ayudará a reactivar la economía porque ayudará a promover contratos de integración laboral para jóvenes y la contratación de maestros".
No le faltó tiempo a su contrincante, Mariano Rajoy, para responderle: "Conviene no engañar a la gente. No puede decir que si es presidente dedicará la recaudación del impuesto de patrimonio a crear empleo, porque son las comunidades autónomas las que recaudan ese tributo y deciden en qué lo gastan.
En eso el señor Rubalcaba, aunque fuera presidente del Gobierno, no tendría ninguna capacidad de decisión". Rajoy sólo promete bajar impuestos a las empresas y ha criticado duramente los sueldos millonarios de los directivos de bancos.
El candidato de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, se incorporó de lleno al debate y atacó al aspirante socialista por la izquierda por "atreverse con las clases medias y no plantear por falta de valentía un impuesto específico para las grandes fortunas". A su juicio, Rubalcaba intenta "abrir un frente de debate izquierda-derecha/rico-pobre completamente falso".
De momento, los despachos de asesoría fiscal están haciendo acopio de contratos de los interesados en escaquearse legalmente del impuesto de patrimonio.
Fuente: Lavanguardia.com
Editado por: Asesoría Fiscal Barcelona
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